2012/11/30

Esposa golpeada.

Quiero que ya sea el futuro. Más lejano aún, sí, aún más.

La necesidad de transportarme a ese futuro con un nivel intelectual equiparable a creer que el universo gira alrededor de uno. Y no entender nuestra situación. No comprender como es que se ausentaron cada uno de los botones que caracterizan a las muestras. Todas y cada una de ellas han sido negras, natas, grises, rojas, impacientes, vicerales. inhumanas, escalofriantes, deshonestas, ambiguas, improcedentes, hemáticas, agresivas, hipócritas, pero siempre acicaladas.

Sin embargo lo que más nos ha enseñado la referencia de los actos humanos es la aparición cíclica de los eventos. Las necedades por demostrarse superior no importando el cómo. Indistinto para ellos se vuelve si hay que alimentar a millones o inyectarte botox unos días antes de pisar por sobre los escalones. Donde paradójicamente no tienes derecho a pisotear todo el suelo alrededor, abusando a su vez de quienes creen que vas a cambiar.

Puedes argumentar que probaste con otra persona, pero esta resultó con vicios menos humanos, inherte, hueca, violenta.

Mi deseo del futuro implica poder estar de pie, sin hambre, con oportunidades, sin mordazas y sin miedo. Deseo estar completamente equivocado. Lo más equivocado posible. Tener tan errónea esta concepción del futuro que me demuestre que todo lo que sabemos no sucederá. Así como una esposa golpeada vuelve con el marido "porque esta vez sí va a cambiar".

El poder enferma a cualquiera, aún más cuando lo combinas con el dinero.